Realment, a banda de gaudir de les aventures del genial personatge de Camilleri paga la pena considerar les seves reflexions gastronòmiques. La darrera, de l’obra El ladrón de meriendas:
Llegaron los espaguetis cuando, por suerte, Montalbano ya se había terminado la merluza, y se puso a observar cómo Mimì espolvoreaba abundantemente su plato con queso parmesano. ¡Qué barbaridad! ¡Hasta a una hiena, que es una hiena y se alimenta de carroña, se le hubiera revuelto el estómago ante la sola idea de un plato de espaguetis con almejas y queso parmesano por encima!
I és que , ja ho sabeu: hi ha aliments que no casen!